ACTITUD BUENOS AIRES

La Avenida Warnes es como la diez de julio chilena. Acá también se reducen autos. Y como se ve en la foto, quedan reducidos a su mínima expresión. La ciudad se ha vuelto tan violenta, dicen los porteños, que un poco más allá de este auto destartalado, devoran helados de chocolates finos. Sí, en días calurosos como estos viene bien un hielo aunque la urbe hierva, aunque los argentinos estén copados de corruptos y no se cansen de decir que son todos unos ladrones. Por aquí está lleno de policías: algunos se sientan en las veredas a tomar con los pibes, otros revisan los mensajes en su celular mientras cuidan algún local parrillero por las noches, los más osados están en las puertas de los bancos tratando de entender que está teniendo River en esta temporada que no tiene Boca que al parecer tiene más hinchas que el club fino. Y uno que tiene el regimen militar atravesado en la memoria, se sorprende después de verlos en actitudes tan poco nazis, y a los argentinos que van para Santiago les sorpende que todo funcione, aunque sea bajo la mano dura de la policía. Eso es así, uno nunca está conforme con lo que tiene. Un auto en dehuso, una polaroid vaga, una lluvia loca que viene a aquietar este calor infernal, sus colectivos con gráfica industrial, la plenitud de los goces expandidos por las manzanas, las terrazas oportunas sobre los techos. Un slogan ronda la ciudad: ACTITUD BUENOS AIRES. Ya no hay cultura dicen los che cuando en cada barrio es posible ver un espectáculo de cualquier tipo. No señores, uno nunca está conforme. No es malo no estar conforme. Bueno es decirlo, en la calle y no por mail.