10.9.07

Santiago



La tarde estaba radioactiva. El sol naranjo al final del Mapocho. El Mapocho con su olor a alcantarilla. Un chico y su tolueno. Un sillón verde a la orilla del río. Las palomas comiendo la carroña que llega desde el oriente. Esa fue la postal de Santiago en domingo. Viajó desde el mar para echarle una miradita a su ciudad natal como si fuera encontrar el valle de Valdivia. No, Santiago es oscuro y triste. Aunque la gente se ríe, come, compra, bebe; su tufo permanece. En el parque forestal se apila gente para vender sus cachivaches: discos piratas, ropa usada, una polera de Betty Boop a siete lucas como si fuera de oro, bombones de chocolates integrales, hamburguesas integrales, carteras, zapatos raros, bolsos, pañuelos y más. La noche anterior vio travestis golpeados por estacionadores empastados. Travestis tan desnudos y el frío con ellos. Todo en un barrio muy fino. Quizás lo mejor de su visita a la capital fue su encuentro casual con Raúl Alvarez Vásquez. Fotógrafo artista, según reza en la tarjeta de presentación que le entregó. Expone "Imagenes para recordar" en el Museo Nacional de Bellas Artes. En la Sala Chile, las paredes están pintadas de negro y sus fotografías análogas digitalizadas cuelgan muy dignas. Hasta 1968 Alvarez registró paisajes chilenos, rostros sesenteros conocidos. Fue el primer gráfico de revista Paula. Dice que después de eso se sumergió en una vida alejada del arte. Hace dos años retomó el asunto. El autor de Imagenes para recordar le contó que había viajado con Teillier en ese barco en el que el se ve tan concentrado leyendo un libro, pero donde no se ve lo deprimido que estaba. Le dijo también que ese Tomás Daskam tan vigorosamente joven era tan escurridizo al lente que aquella foto vale oro. Alvarez es el prooio presentador de su obra en el salón que enseña sus fotos. La de Violeta cantando en la peña de los Parra, hará historia algún día, señala. Claro, está cantando "Gracias a la Vida" y dos días más tarde murió. Fotógrafo y la visitante acordaron reunirse en Valparaíso. Se espera que así sea porque el hombre es un patrimonio.
¿Qué hace que Santiago esté siempre en construcción?. ¿Alguna vez se terminará de hacer la ciudad? A pesar de todo, a Dominga Robles, la anfitriona, le parece un lugar bello, chileno y bello. Será la costumbre. La rutina.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

chuminga murió ayer de tanto polen que aspiró junto a usted en el forestal.

el lunes temprano fue su enfermera favorita a pincharle el cachete izquierdo y sintió aceite con piedrecillas por el músculo.

de todas maneras espero que algún día, de una no muy lejana primavera, pueda volver a revolcarse en los pastos y comer yuyos sin padecer luego esos estornudos que le revientan las costillas.

insensata: por qué no toma antibióticos? es acaso una postura estética?

salud.

insensata dijo...

no es una postura
es que los antibióticos me dan asco
siento que me matan más que un bicho
UN BICHO!!!!!!!!!!!!!!!!
NO SERÍA MALO MATAR A ESE TAL BICHO CON ANTIBIOTICOS
BUENA IDEA!

Anónimo dijo...

jolines!!!
ahora lo ve como un (v)bicho

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