sumerjo la cabecita en esa zona de promesas dibujada con palito en la arena mientras esperabas en el auto sin poder caminar cuando la ola borró el grafitti y tu mano sostenía la cámara con la que registraste mi rabia marina por lo que se venía que tenía un nombre clarito: muerte. anoche soñé que tocabas a la puerta de mi casa de niña y estabas igualito, me decías que te habías quedado ciego pero que habías sobrevivido. que podríamos ser novios igual.
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