23.6.10

subiendo


de ida, esta postal me despertó de una desidia temporal. De vuelta, la resolana ya había desaparecido aunque el camino me tenía agendada algunas gratas sorpresas humanas. mientras subía el cerro rumbo a casa conocí a un luthiers que tenía un lunar inmenso en su ojo derecho y las pocas palabras que le pude sacar fueron suficientes. autista tipo sumergido en guitarrones hechos a pedido. a la tejedora de lana que conocía poco después la llamaban La Cucha y me enseñó a usar el palillo tunecino pero no pude agarrar el ritmo. al despedirnos me ofreció toda ayuda para cuando tuviera "dudas" acerca de un punto o de un patrón que no entendiera. Que la visite cuando quiera. Que incluso nos podemos tomar un tecito una de estas tarde. Antes de llegar a la plaza, me encontré con unas cantoras que se autodenominaban "Las espléndidas". cantaban a dúo y tenían el mismo registro. eran estudiantes y tomaban mate mientras ensayaban en una pieza arrendada que tenía las ventanas abiertas y ellas adentro como fotografiadas. yo viajo en este puerto. no me quiero bajar.

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