15.8.11

viaje en verde



y entonces nos preguntábamos todos sentados a la mesa, ¿cómo proceder? De manera simple, directa y concreta, espetó una que ya no sabía nada de abordajes. Torpe del todo, repitió el consejo del arlequín al que encontró en una taberna. El más viejo calló. Sumergido en un amor platónico, un movedizo y altruista amor, tampoco tenía la respuesta apropiada. Y las jóvenes estudiantes (algo movilizadas en días de protesta) sonreían socarronas. El drama era transversal. 3 generaciones reunidas. Ineptas a la hora de acometer la pasión, el afecto sin apego. Los platos con restos de carne mechada sobre el mantel. Servilletas de papel arrugadas, inmundas. (Freddy Mercury entona Love of my life). Los más mudos resultaron ser unos que habían pasado la noche anterior juntos. Aunque recién se conocían, se fueron a la cama sin mediar discurso. Pero allí, en esa cena mariguaneada, permanecían sigilosos, pasando tan piola como fuera posible. ¿Qué contestación podrían ofrecer si lo que menos hacían ahora era fluir? 4 cigarrillos encendidos. copas de tinto a media asta. perfumes ocultos. ansias flotantes. mutismo cómplice. anhelos sin senda. miradas indiscretas. viaje sin respuesta. viaje en verde.

(de la foto ya se sabe)

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