permitido tirar basura o sanidad mental aplicada a
póngase en un escenario como éste: imagine que arroja sus puchos en la acera y que tira por la ventana el palito del helado que acaba de comprar a $100 en la micro y que acompaña el gesto con el lanzamiento del envoltorio del mismo cayendo justo sobre el mojón número 367 de Valparaíso. Visualice que, por si fuera poco, se queja usted de que Valparaíso es una ciudad sucia y que piensa que alguien debería hacer algo. imagine que alguien quiere hacer algo y usted, rodeado de basura hasta el cuello, piensa que son sólo promesas y que nadie le preguntó cual era la real solución al problema.
Entonces, en ese momento excelso de meditación, proyecte que la ciudad se llena de papeleros, de esos que hacen tanta falta y por cuya ausencia todo el mundo se queja.
También le podemos inventar un bello jingle y hacerlo pasar día y noche por la radio más popular de la aldea, comprar un espacio televisivo al más alto precio. En fin, aplicar una campaña en la que un hombre de voz gruesa y un coro de niños cantores le indiquen que deben cuidar su patrimonio.
Pero, unos minutos más tarde, imagine que el cántico se le hace insoportable y que si llegan a caer folletos explicativos del cielo lo más probable es que vengan con el mismo cuento.
Le aseguro que gastaría menos energía en creer que la solución técnica al problema viene y que la falta de confianza se logra con voluntad y no pensando que el problema de la basura es endémico y jamás se va a solucionar por tanto inepto dando vuelta.
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