Luego de cinco martes los martes se acaban.
Se van con Agosto y tu pinche confesión.
Se llevan los rusios muertos, el vino, a Sinatra y los mordiscos.
Te despides intentando recomponer tu amor.
Quedan celosos los consejos, las manchas en la alfombra y tus pinches.
Y me llama tu silueta bailando a contraluz contra la tarde del Cerro Alegre.
Y me tomo todo el vino sin poder embriagar a mi tonto arrebato.
Y muero de sed, de otra sed.
(Palito)
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