27.3.07

LLENA ERES DE HUMOS, POR Jesús Ernesto Parra


Suena la música desde hace rato.

Hace rato también llegó la policía y no estuvieron más que diez minutos. Hace rato llegó el sonido y salieron salmos de calipso relentado por los altavoces. Nadie sabe el nombre exacto del evento, ni quien lo organiza. Pero es más que cierto que todos saben el mensaje de las canciones que ahora hacen vibrar las ramas de ese ecosistema de domingo y humo que es, a esta hora, el Parque Los Caobos.

Todos bailan.

Hay un aproximado de ochocientas personas. Y de alguna forma están representadas todas las tribus que están en el asunto de la fumadera. O al menos las que el imaginario establecido señala. Podríamos iniciar el catálogo etnográfico clasificando por calzado y hábitat.

A) Playero: O mejor conocido como tipo Surf. Todos llevan bronceado. Usan shorts de algodón, y franelillas. Generalmente llevan chanclas de goma o cuero.

B) Natural: O mejor conocido como tipo Roots. Son de los que viajan a las montañas y páramos. Asociados a los deportes extremos y a carreras universitarias como Ingeniería Forestal. Usan botas de montaña.

C) Urbanos: O mejor conocido como tipo Street. Llevan patinetas en la mano. Generalmente su look se acompaña de un tono de tizne o smok. Pantalones industriales. Usan zapatos de goma de tamaños astronómicos.

D) Otros: Grupo compuesto por Punks, Heavy Metals, Ex Ravers, y todo lo demás también.

5:30 p.m.

Ahora la muchacha de la estrella en la nuca está con sus amigas. El grupo de tambores tomó nuevamente la escena. La chica estrella y sus amigas bailan en círculo mientras beben agua de un envase transparente. También comen platanitos. Ellas le dedican a algún dios arbóreo una sonrisa con ojos rojos. Un chico a su lado tiene una camisa con la M de McDonalds pero con la palabra Marihuana como franquicia impostora. El humo es el paisaje entre los cuerpos que danzan.

Mientras la fiesta rueda, las estatuas de la Fuente Venezuela del Parque Los Caobos, miran el espectáculo como dioses ausentes. El Ávila, El Caribe, Los Llanos, Los Andes, El Orinoco -así se llaman las estatuas- no emiten respuesta a los tambores que suenan entre los ramas al atardecer.

Cierto, mientras el sonido sube entre los árboles, no hay respuesta.

La fuente es una fuente seca.

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