25.6.11
txt
22.6.11
18.6.11
(mujeres sobre las docas)

17.6.11
receta para capear el temporal
profundo
agarre su auto
un impermeable
cigarrillos
pitos
y una petaquita de algo que le guste
y mañana... cuando arrecie el temporal
déjese mojar
abra los brazos
para que el viento la levante del suelo
sienta la espuma de las olas en su cara
grìtele lo más fuerte que pueda al viento
intente aplacarlo
y pierda, en el intento
corra
grite
vuelva a correr
como una loca
suba los brazos
fume
olvídese del amor
y entréguese
a los elementos
pequeña como
nuestra vida
minúscula
y agradecida
de la naturaleza
de la tormenta perfecta
y feliz
de la locura
llegue a su casa
junte una tina de agua caliente
caliente
prepare
una espesa tizana
sal de mar
y dese el más delicioso baño de tina que pueda
si quiere
aprovecha de tocarse
y cansarse
más
después acuéstese a dormir
y del amor
mejor piensa el lunes
o el martes
cuando la sangre haya corrido
y se haya llevado su negrura.
trasnoche porteño
15.6.11
yamil de la vida
12.6.11
tres a eme o curvas de la moral

4.6.11
reinagurando el local
26.5.11
sensata

Ame dice (me increpa con los labios de tinto): ¿cómo llenarás tu jardín ahora que eres SENSATA? Y es cierto, tan cierto, no siento vergüenza, solo nostalgia. Ya no sufro, ni lloro, ni me medico, ni amo desesperadamente a un hombre que me ignora y por el cual derramo letras cargadas de súplica, no fumo con descaro, el alcohol me aburre y las fiestas me parecen exóticas. Y ahora qué hace insensata con este cartelito?
16.5.11
15.5.11
fin del duelo
W
8.5.11
18.4.11
Yamil visita el Venezia

7.3.11
4.3.11
La Paisajista

Laboratorio Textil incursiona en el diseño de vestuario con LA PAISAJISTA, una colección de piezas únicas inspirada en la pintura de paisaje, en el pintor que captura y se apropia de su entorno, imágenes que transportan. LA PAISAJISTA es una mujer, una viajera que recolecta imágenes para crear sus propios paisajes.
En uno de mis viajes a la capital en búsqueda de materiales para la confección de mis accesorios, me fijé en un desecho de la industria textil: las famosas muestras de telas, esos trocitos que exhiben gamas de colores y texturas. Encontré grandes cajones llenos de ellas, principalmente de tapicería.
Al verlas, me di cuenta enseguida de lo que podría salir de estos pedazos de tesoritos. Me dio vueltas por mucho tiempo la imagen del personaje que quería construir. Me tiré de cabeza al cajón a elegir minuciosamente los trozos que más me gustaban. La elección no podía ser al azar. Tampoco lo fue la composición de las telas que luego se construyeron con estos retazos. Cada fragmento tenía que ser interesante, pensaba y en la unión de ellos debía lograr que se destacaran por sí solos y que construyeran un todo armonioso que comunicara, que creara una atmósfera, una imagen hecha de imágenes. Me imaginaba que cada vez que alguien las viera podría ponerle nombre, evocar una sensación, un ambiente, un estilo.
Así fue como nacieron 23 telas. Piezas únicas elaboradas con trozos repletos de información, cargados de texturas, colores, imágenes que se unieron de forma armoniosa para convertirse en nuestra primera incursión en el diseño de vestuario.
22.2.11
invitando

Esto fue hace años. Varios ya. Estaba tomando once en la casa de mis abuelos en quintero city cuando un tío que ahora es ciego me tomó la foto. Era el día de mi cumple casualmente. Y ahora se viene otro y veremos quien hará la foto para el recuerdo. Así es. Porque este martes 22 de febrero cumplo 37 fabulosos años y quiero hacerme acompañar por mis amigos, los de la mejor calaña.
Rememora mi madre que nací a las 19 horas o quizás a las 19:15, “¿¡cómo querías que me acuerde?!” me dice con dulzura mientras escribo esta invitación. Lo más cercano, reconoce, es que puede que haya sido a las 19:45 hrs. La cosa es que en esos horarios pueden dejarse caer por mi linda casa que ya muchos conocen y que está enclavada en el cerro alegre de valparaíso (avenida alemania 5054) para que, si se dá, nos peguemos un buen dancing de atardeceres.
15.2.11
letras prestadas

Monólogo de Molly Bloom
De James Joyce
El sol brilla para ti dijo él el día que estábamos echados entre los arbustos floridos en el promontorio de Howth con el traje de paño gris y su sombrero de paja el día que hice que se me declarara sí primero le di de mi boca el trocito de torta de semillas y era un año bisiesto como ahora sí hace 16 años Dios mío después de aquel largo beso casi pierdo el aliento sí dijo que yo era una flor de la montaña sí que somos flores todas el cuerpo de mujer sí fue la única verdad que dijo en su vida y el sol brilla para ti hoy sí por eso me gustaba porque vi que entendía o sentía lo que una mujer es y yo sabía que a él siempre le podía buscar la vuelta y le di todo el placer que pude invitándole hasta que me pidió que dijera sí y yo no quería contestar al principio sólo miré a lo lejos el mar y el cielo pensaba en tantas cosas que él no sabía en Mulvey y el señor Stanhope y en Hester y en padre y en el viejo capitán Groves y en los marineros jugando y las prendas y a mear alto como ellos lo llamaban en el malecón y el centinela delante de la casa del gobernador con aquella cosa alrededor del casco blanco pobre diablo achicharrado y las muchachas españolas riendo con sus mantillas y sus peinetas y la subasta por la mañana los griegos y los judíos y los árabes y quién sabe Dios quién más de todos los rincones de Europa y Duke street y el mercado de aves todas cloqueando delante de Larby Sharons y los pobres burros resbalando medio dormidos y aquellos hombres imprecisos en sus capas dormidos a la sombra en los escalones y las grandes ruedas de las carretas de bueyes el viejo castillo con miles de años sí y aquellos guapos moros todos de blanco y con turbantes como reyes invitándote a que te sentaras en sus pequeñas tiendas y Ronda con las viejas ventanas de las posadas ojos que miran una celosía oculta para que el amante bese los barrotes y las vinerías medio abiertas por la noche y las castañuelas y la noche que perdimos el barco en Algeciras y el sereno caminando sereno con su farol y O aquel terrible abismal torrente O y el mar el mar carmesí a veces como fuego y las puestas de sol gloriosas y las higueras en los jardines de la Alameda sí y todas aquellas callejuelas extrañas y las casas de rosa y de azul y de amarillo y las rosaledas y los jazmines y los geranios y las chumberas y el Gibraltar de mi niñez cuando yo era una Flor de la montaña sí cuando me ponía la rosa en el pelo como hacían las muchachas andaluzas o habría de ponerme una roja sí y cómo me besaba junto a la muralla mora y yo pensé bien lo mismo da él que otro y entonces le pedí con la mirada que me lo pidiera otra vez sí y entonces me preguntó si quería sí decir sí mi flor de la montaña y al principio le estreché entre mis brazos sí y le apreté contra mí para que sintiera mis pechos todo perfume sí y su corazón parecía desbocado y sí dije sí quiero Sí.
(lo encontré en el blog de la revista La Mujer de mi vida)
(foto del buen nelsin)
10.2.11
Los Justos
El que agradece que en la tierra haya música.
El que descubre con placer una etimologìa.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipògrafo que compone bien esta pàgina, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un a animal dormido.
El que justicifa o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo.
(Jorge Luis Borges en "La Cifra" de 1981 / lo encontré en sus Obras Completas III, en una biblioteca prestada, de una alcoba prestada, en una casa prestada, en una playa que es de todos / Con Con febrero de dos mil once)
músicos chilensis

("En la previa de la Noche de Culto del festival Rockódromo Valparaíso 2011, organizado por las Escuelas de Rock del Consejo de la Cultura, se reunieron figuras insignes del rock nacional, como Los Mac's, Álvaro Peña, Payo Grondona, y Pancho Sazo, con grandes artistas y nuevas figuras de la música porteña, en una inédita foto histórica. En la imagen está Pancho Sazo de Congreso, David y Carlos McIver de los Mac's, Willy Morales de los Mac’s, Payo Grondona, Álvaro Peña, Tito Escárate, Pascuala Ilabaca, Chinoy, Demian Rodríguez, Tevo Sonoro de Sonora de Llegar, Proyecto Tárabust, Pequeñas Partículas, Poder Guadaña, Sórdido y Signuz, entre otros".).
30.1.11
fatal
Encuentran muerto al turista mendocino en Chile
Había desaparecido el miércoles. Se encontraba de vacaciones con un grupo de amigos y luego de una discusión no lo volvieron a ver.
El joven mendocino de 22 años que desapareció el 19 de este mes mientras vacacionaba con amigos en Reñaca (Chile) murió el 20, atropellado por el metro (subte) en una estación entre el puerto de Valaparaíso y Viña del Mar, informaron voceros de Carabineros, la policía militarizada chilena.
Los padres de Roberto Soto, que estudiaba en la Universidad Maza de la ciudad de Mendoza y según sus familiares “era un hijo y compañero muy bueno”, reconocieron hoy el cuerpo, avisados por Carabineros de que “en el Servicio Médico Legal había un cadáver NN de un hombre que murió atropellado el jueves pasado”.
Los familiares habían informado a medios locales que el joven había salido el domingo 16 de enero para a pasar las vacaciones en Reñaca -playa de Viña del Mar, en la costa del océano Pacífico- con cuatro amigos que alquilaron una casa con los ahorros del año de cada uno.
Muchas familias de Mendoza suelen cruzar la cordillera de los Andes en época veraniega por la proximidad de las playas chilenas, no obstante que los precios en el país vecino son desfavorables para los argentinos por el cambio monetario.
Los amigos alertaron que el miércoles 19 Soto desapareció del albergue “tras una discusión con el grupo”, según algunos, o “tras un ataque de pánico” según otros.
A partir de allí familiares, compañeros y la policía chilena comenzaron una intensa búsqueda que incluyó sus fotos en medios gráficos de Chile.
Antes de viajar a Reñaca para buscarlo, los padres aseguraron que era “un chico serio que estudia y trabaja para costear sus gastos y no abandonaría el grupo para divertirse solo”.
Compañeros de estudios y familiares habían formado además una cadena de búsqueda por Facebook, pero esta tarde todo terminó de la peor manera luego que sus padres reconocieran el cadáver, que estaba en la morgue chilena desde el jueves pasado.
Mientras en Chile sigue la investigación, hasta ahora las presunciones indican que el joven cayó, fue empujado o se arrojó a las vías del metro en la estación Bellavista, entre el puerto de Valparaíso y Viña del Mar.
Générik Vapeur

29.1.11
el niño

En el nombre de un padre adolescente
El hecho de que éstos sean los materiales sobre los que trabajan los Dardenne no implica que haya una mirada paternalista o condescendiente sobre sus personajes (como le terminó sucediendo a Ken Loach, el cineasta británico que alguna vez supo tocar una cuerda similar y que en sus últimos trabajos parece haber perdido el rumbo, con una tendencia cada vez mayor al maniqueísmo). Por el contrario, en el ascetismo de El niño, en su desnudez, en su despojamiento formal se refleja también –a la manera del cine de Robert Bresson– un rigor infrecuente en la manera de encarar los conflictos morales que el film tiene por delante.
Fieles al realismo duro que marca todo su cine, los Dardenne vuelven a ocuparse aquí de los marginados de Europa, en este caso una pareja de adolescentes que vive de pequeños robos callejeros y que acaba de tener un bebé. Queda claro que Bruno y Sonia se quieren, pero eso no le impide a él –sin el consentimiento de ella– intentar vender al bebé. Al fin y al cabo, se trata de ganar 5000 euros, de una sola vez. Es que en el mundo en el que nacieron y crecieron (y en el que crecerá también su hijo), la plata y el consumo –una campera de cuero de marca, un estéreo, un auto– lo es todo. “Podemos tener otro...”, le dice cándidamente Bruno a Sonia, como si se tratara de producir, sin costo alguno, una mercancía más.
En una de las tantas sutilezas de L’enfant, quizás ese niño del que habla el título de la película no sea otro que el mismísimo padre, ese muchacho que deberá aprender solo, de la nada, sin modelos ni parámetros a la vista, esa responsabilidad que le ha tocado, un poco demasiado temprano en la vida. Y si la película anterior de los Dardenne, la extraordinaria El hijo, estaba construida sobre todo aquello que significa un hijo, ahora El niño –en una demostración de coherencia en su obra que confirma a los Dardenne como auténticos autores– no puede sino interrogarse sobre la figura del padre.
Contra lo que podría suponerse de la mera descripción de su argumento, o lo que hubiera hecho con él casi cualquier otro director en su lugar, el film de los Dardenne jamás cede a la tentación del miserabilismo o la infección sentimental: todo en él es crudo, áspero, inclemente, como la realidad que les toca vivir a sus personajes, empujados hacia el vacío por una sociedad de consumo en la que el único valor es el dinero. Hay una solidez, una austeridad, una nobleza en L’enfant (también podría llamarse, si no fuera por el film de Bresson, L’argent, tal es la circulación de billetes en el film, aunque más no sea un puñado de euros) que son cada vez más infrecuentes en el cine de hoy. Ese dinero, siempre omnipresente, corriendo escaso de mano en mano; los espacios estrechos, asfixiantes; la discriminación larvada o manifiesta; expresan en El niño, de manera transparente, cómo es la cotidianidad en los márgenes, qué es lo que está todos los días en juego en los suburbios de la opulencia, y que no es otra cosa que la vida misma, sin anestesia.
postal porteña II
postal porteña
7.1.11
Letras prestadas
